viernes, 17 de marzo de 2017

INFLUENCIA DE LA ESCUELA Y LA FAMILIA EN LA PRÁCTIVA DEPORTIVA DEL ALUMNADO


La familia parece tener un peso notable en los hábitos de los más jóvenes y, en concreto, el papel de padres y madres se destaca como pieza fundamental para el fomento de un estilo de vida activo (Beets, Cardinal y Alderman, 2010; Hernández et al., 2008; Wenthe, Janz y Levy, 2009). No obstante, no todos los trabajos corroboran una única tendencia y nos encontramos, por ejemplo, investigaciones como la de Seabra, Mendonça, Thomis, Malina y Maia (2011) que constataron que solo una madre activa predice la práctica de sus hijos/as, mientras que el padre no; sin embargo, otras fuentes señalaron al padre como agente de mayor influencia (Eriksson, Nordqvist y Rasmussen, 2008; Keegan, Harwood, Spray y Lavallee, 2009). Martín-Matillas et al. (2011) demostraron que los niveles de actividad física en las adolescentes estaban muy relacionados con la actividad física de cualquier otro significativo evaluado, mientras que los niveles de actividad de los chicos solo estaban relacionados con la actividad física de familiares varones. Por su parte, Anderssen, Wold y Torsheim, (2006) realizaron un estudio longitudinal sobre la práctica de progenitores e hijas/os en el que concluyeron que esa influencia parental no se transmite tanto como a menudo se considera.
Centrándonos en el papel del grupo de “pares”, la mayoría de investigaciones coinciden en que las amistades/acompañantes en el deporte son un potente motivador social (Kirby, Levin e Inchley, 2011), aunque hay discrepancias, tal y como nos explican Sánchez, Leo, Sánchez, Amado y García (2012), a la hora de definir si predicen o no la continuidad de la práctica o las conductas más o menos adaptativas. También se observa en su estudio la existencia de discordancias en torno a la figura del profesor o profesora de educación física, ya que dependiendo de los contextos puede ser o no una figura relevante. Martínez-López, Cachón y Moral (2009) destacan en este sentido que la gran mayoría de adolescentes no suele recibir recomendaciones por parte del profesorado para realizar ejercicio físico.
Se conocen pocos datos de la realidad gallega en relación con este tema, por eso nos planteamos estudiar el papel que ocupan las mujeres y los varones de la familia como agentes sociales para la participación de los/as jóvenes, así como el centro escolar/profesorado, evaluando el grado de apoyo respecto a otros agentes como son las amistades. Asimismo, consideramos también de interés determinar si existe relación entre el género del alumnado y diferentes significativos, focalizando la atención en familiares y escuela.
Mostramos en este espacio las conclusiones más relevantes de un estudio realizado con 566 estudiantes de las cuatro provincias de Galicia de edades comprendidas entre 15 y 17 años. A partir de las respuestas dadas a través de un cuestionario observamos que:
- En general el alumnado realiza ejercicio en compañía de sus iguales y la familia no acompaña en este tipo de actividades a las/os jóvenes. Además, existe una relación entre el hecho de ser varón o mujer y hacer ejercicio con otras mujeres de la familia, de manera que son las chicas las que se ejercitan más con otras féminas familiares. Estos hallazgos son congruentes con la literatura actual sobre el tema. En este sentido, la sociedad debe de seguir haciendo esfuerzos por fomentar la equidad deportiva y la ruptura de estereotipos, así como potenciar el concepto de familia activa, de forma que se aumente la práctica deportiva conjunta en una estructura tan esencial como ésta.
- La familia, pese a que no acompaña en la práctica, sí sirve de apoyo para la misma y su influencia puede considerarse de moderada a alta, siendo siempre mayor la influencia de las amistades. Los alumnos tienen fundamentalmente influencias de varones y las alumnas de mujeres. Además, existe una relación de dependencia entre el género del alumnado y la influencia para la práctica deportiva por parte de hombres en la familia (más influjo por parte de los alumnos) y de mujeres en la familia (más influjo por parte de las alumnas). Atendiendo a los resultados de nuestro trabajo, el apoyo social familiar se puede explicar en términos de influencia de socialización deportiva de género y de contexto cultural; entendemos que el hecho de que los chicos reciban mayor influencia de varones y que las chicas mayor influencia de mujeres tiene que ver con las formas de relación sociocultural gallega. A diferencia de otras investigaciones en las que para las chicas el papel clave de influencia lo ejercía un varón de la familia (casi siempre el padre), en este caso las familiares gallegas constituyen un importante agente social de práctica.

- El centro escolar tiene un grado de influencia muy pequeño, siendo más importante para las alumnas que para los alumnos. Este hecho ha de suponer una reflexión en torno al papel de la escuela y la figura docente, ya que deberían contribuir en mayor medida a potenciar estilos de vida saludables.



Myriam Alvariñas Villaverde

jueves, 9 de marzo de 2017

¿Pueden las expresiones artísticas mejorar la calidad de vida en mujeres que han sufrido un cáncer de mama?



 Actualmente nos encontramos inmersos en un proyecto sobre la mejora de diferentes indicadores psicológicos en un grupo de mujeres que han sufrido un cáncer de mama. La realización de un programa de Expresión Corporal durante un tiempo prolongado está empezando a dar sus frutos. Dicho programa fue diseñado y evaluado en una primera etapa para poder llevarlo a cabo posteriormente y valorar así su eficacia.
Cada vez existen mayores evidencias que muestran como las terapias corporales que desarrollan emociones positivas, son adecuadas para aquellas personas a las que su problema de salud afecta tanto a nivel físico como psicológico.
Las expresiones artísticas como el teatro, la danza o la expresión corporal potencian, por su doble capacidad para generar movimiento y por su fuerte componente creativo, imaginativo y de improvisación; el autoconocimiento, permiten vivir, identificar y comprender las sensaciones y emociones, liberar tensiones y bloqueos, fomentar habilidades sociales, la regulación del afecto, entre otros. Podemos poner como ejemplo, que los resultados que se han logrado hasta el momento, manifiestan que las terapias basadas en la danza son incluso más efectivas que las terapias farmacológicas o psicoterapias verbales (Rösler et al., 2002). Otros autores realizan programas específicos de yoga para mujeres enfermas de cáncer (Van et al., 2013), con resultados positivos tanto a nivel psicológico como físico.
Así, si tenemos en cuenta que el objetivo de nuestro trabajo es mejorar mediante un programa de Expresión Corporal, la autoestima, el estado de ánimo, la imagen corporal y en definitiva la calidad de vida de mujeres sometidas a mastectomía, podemos adelantar que los estudios precedentes nos animan a seguir adelante con esta labor, la cual está siendo llevada a cabo con pacientes de la unidad de oncología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, vinculadas directamente a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Cuyos resultados están siendo alentadores.
El programa se ha dividido en 3 fases: exploración, expresión y comunicación.  La fase de exploración, tiene como objetivo desarrollar al máximo los aspectos que contribuyen a la consolidación de la conciencia corporal. La fase de expresión consiste en bombardear de multitud de estímulos y/o metáforas corporales al participante para que emita respuestas espontáneas. Y por último, la tercera fase de comunicación, que se caracteriza por la codificación del gesto, en la cual, resulta fundamental la intención comunicativa por parte del emisor.


Dra. Águeda Gutiérrez Sánchez

Universidad de Vigo