martes, 28 de junio de 2016

EL TEATRO CON FINES TERAPÉUTICOS, PEDAGÓGICOS Y DE INTERVENCIÓN SOCIAL. LA PROYECCIÓN, IDENTIFICACIÓN Y EMBODIMENT COMO HERRAMIENTAS FUNDAMENTALES



     El teatro si bien es una expresión artística, su función principal desde la antigüedad no es precisamente la de entretener ni mucho menos distraer al público; por el contrario, es una manifestación cultural que permite poner el acento en diversas situaciones íntimas y sociales que se representan en la escena, posibilitando un espacio intersubjetivo tanto a quien interpreta, como a quien hace de espectador para proyectar sus propios conflictos, así como identificarse, e identificar posibles soluciones.
      Todo esto es facilitado por medio de una dirección estética en el caso del teatro social  o teatro aplicado y una dirección  terapéutica  en el caso de la dramaterapia.  En ambos casos se puede jugar con las distintas claves estéticas y dramáticas para conducir el proceso; por ejemplo por medio de los distanciamientos y acercamientos, siguiendo técnicas de Brecht, o retomando la lectura de una situación dramática en comedia.
     Tanto a nivel terapéutico, como pedagógico, además de la proyección, la identificación y las posibilidades de distanciamiento, la dramaterapia y el teatro aplicado se valen del embodiment (corporalización) que es la posibilidad de llevar la elaboración o el aprendizaje al cuerpo y al movimiento, para simbolizarlas o hacer el aprendizaje más significativo y activar la memoria desde el movimiento y la propiocepción, con efectos más potentes que una terapia hablada o una clase escuchada.
     El teatro da la posibilidad de aprender haciendo o de resolver los conflictos en la práctica, ensayando las soluciones a conflictos reales en un espacio contenido y seguro, en donde se ejercitan nuevas destrezas, nuevas habilidades y nuevas posibilidades.
     Igualmente, el teatro como arte continente, permite la incorporación de otras manifestaciones como la música, la danza, las artes visuales y plásticas, lo que explica su riqueza como medio terapéutico y pedagógico y sus infinitas posibilidades en la construcción y reconstrucción dialógica.


María Luisa Mondolfi Miguel

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