Tradicionalmente el mundo
del ejercicio físico y del deporte ha estado asociado al hombre y los niños
gozan en la actualidad de mayor reconocimiento y atención que las niñas en esta
disciplina. Las motivaciones que llevan a las niñas a practicar actividades
deportivas no son las mismas que las de los niños; ni sus experiencias, ni sus
metas, ni sus percepciones. Existen una serie de condicionantes negativos para
las niñas que hacen que no siempre consigan tener “experiencias satisfactorias”
y, por tanto, se alejen de la práctica: menor incitación a la actividad,
vestimenta, regalos que refuerzan juegos inactivos, falta de modelos en el
deporte profesional (no es que no existan, es que no se muestran), etc.
Esta
es una cuestión que no está en los genes, sino en el aprendizaje, en la
sociedad. En aquellos países en los que las diferencias entre hombres y mujeres
no son tan manifiestas en otras parcelas de la vida cotidiana, la
discriminación es menor en el contexto deportivo.
Todavía existen
estereotipos de género respecto al deporte que hay que romper día a día. En la
actualidad ya no nos asustamos por ver a una chica boxeadora o a un chico
compitiendo en gimnasia rítmica, pero queda todavía mucho por hacer y eso
comienza desde la infancia, con los juguetes que regalamos a niños y niñas, o
las palabras que les decimos, por ejemplo. Todo se aprende y aprendemos a ser
niñas y niños con las características que llevan asociadas, aunque a veces no
sean justas.
El papel de madres y padres es fundamental
en la reproducción de modelos y aunque no seas practicante habitual puedes
poner los medios para que tus hijos e hijas lo sean.
Os mostramos algunos consejos para educar
con “equidad” (justicia en la igualdad) en el ámbito de las actividades físicas
y deportivas:
1. Lucha contra los
estereotipos sexistas en el deporte; las actividades no son de niños o de
niñas. Un niño puede hacer ballet y una niña jugar al fútbol. Las barreras las
ponemos nosotras/os.
2. Viste a tu hija con
prendas cómodas que le permitan jugar libremente sin preocuparse demasiado por
ensuciarlas.
3. Si eres mamá, intenta
ser un modelo para tu hija y practicar a menudo actividades deportivas.
4. Compra material
deportivo para las niñas del mismo modo que lo harías para los niños.
5. Valora la actividad
deportiva que le guste a tu hijo o hija, independientemente de cual sea.
6. Descubre qué
actividades deportivas pueden resultar más interesantes para tu hija y
comprueba si en el ámbito escolar y comunitario se ofertan. Hazlo saber a las
personas responsables.
7. Asegúrate de que tanto
niños como niñas participen en las tareas domésticas por igual y que dispongan
del mismo tiempo de ocio.
8. Dedica un tiempo a
pensar en el tipo de juguetes que tiene tu hija, si favorecen o no su
motricidad, si ayudan o no a la reproducción de roles sexistas.
9. Reflexiona con tus
hijos/as sobre la poca atención que se le da a las mujeres deportistas en los
medios de comunicación y pon ejemplos de profesionales femeninas, comentando
sus éxitos.
10. Fomenta (aunque tú no
practiques) la práctica deportiva tanto en niños como en niñas; los beneficios
para la salud son similares para ambos géneros.
MIRIAN ALVARIÑAS.