jueves, 24 de abril de 2014

EL MAESTRO NACE Y EN ÚLTIMA ESTANCIA SE HACE...

A continuación, os exponemos una serie de habilidades que todo buen maestro debería poseer para educar en valores, ya que a ser maestro no se aprende en una carrera. Un maestro, nace.

Para ello, intentemos:

1.     Cosechar la diversidad y respirar de las diferencias.
2.     Establecer relaciones sanas y de respeto. Anticiparse a los conflictos e intervenir.
3.     Formar un equipo con los discentes y conseguir entre todos alcanzar los objetivos previstos. ¡Ser un líder que también se equivoca!
4.     Trabajar e inculcar el deseo de aprender en los niños. Las experiencias y los sentimientos de los alumnos deben ser importantes para el maestro, para ello, debe estar emocionalmente disponible.
5.     Empatizar con el niño. ¡Sus inquietudes y retos también son asunto tuyo!
6.     Ser un experto comunicador y experimentar la escucha activa para no silenciar detalle de lo que el niño desea comunicar.
7.     Motivar sin comparar enseñando mediante un enfoque positivo.
8.     Pedir perdón siempre que sea necesario.

Después de leer esto, ¿cuantos estaríais dispuestos a ser lectores de sueños, guardianes de la inocencia, protectores de la alegría, referentes para el futuro, guías, amigos para el sí puedo de supuestos niños que algún día serán alumnos reales y no meros párrafos teóricos de un libro?

Porque a ser maestro no se aprende, no se estudia en una carrera. El maestro, nace de la vocación, el entusiasmo, el aprendizaje diario…nace y en última estancia se hace.


                                                                                                                             Yolanda Fernández.